Radicales Libres || Anibal M. Silva
El grupo McAllen, compuesto de políticos que viven en Texas y administran la Presidencia Municipal de Reynosa ya hartó a los habitantes del puerto fronterizo.
El atraso en infraestructura a pesar del enorme presupuesto es evidente.
Y peor si lo comparan con otras ciudades con menor presupuesto.
La última tormenta, donde miles de reynosenses perdieron sus posesiones mientras su alcalde se paseaba en Londres fue el la gota que derramó el vaso.
De poco sirven los millones despilfarrados por Carlos Peña en propaganda si en grupos, en whatsapp y en páginas los reynosenses, nacidos y avecindados, lo tunden, un día sí y el otro también.
Makito ya cayó en un pozo sin retorno y sus colaboradores, amigos de su madre Maki Ortiz y de su padre Carlos Peña, ya son cartuchos quemados mal vistos por la población de la ciudad más poblada de Tamaulipas.
Para el reynosense de a pie, la familia virreinal que tiene una década apropiada del presupuesto, debe irse.
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Pero la alternativa, es decir los Cabecistas, no son opción.
Tanto Maki Ortiz como Francisco “N” comparten ese adn panista del calderonato: corruptos, soberbios e impunes.
La verdadera alternativa de encuentra entre los diputados locales.
A ver quien es el valiente que levanta la mano para enfrentar a semejantes clanes enquistados en estructurad de poder diseñadas para el saqueo.
Huyendo de los cobradores
Roberto Lee palideció cuando vio a uno de sus acreedores en Mi Pueblito, un conocido restaurante de Matamoros.
El presidente, pero no líder, de Movimiento Ciudadano en Tamaulipas nunca pensó toparse a un operador poltico del centro del país a quien el y su socio, Luis Torre, le quedaron muy mal con el pago de trabajos encargados. Se trata de una fuerte cantidad de dinero que nunca entregaron. El enganche fue el acostumbrado jarabe de pico. Tanto Lee como Torre se esconden como viles deudores de Coppel.
Debería ser legal mandarlos al buró de deudores de Tamaulipas.
