Se le llaman huevos tibios cuando están cocidos con precisión para que la clara esté cuajada y la yema permanezca líquida.
Los huevos tibios son perfectos para acompañar con pan tostado, sal, pimienta o incluso unas gotas de aceite de oliva. Esta preparación resalta el sabor natural del huevo y ofrece una textura cremosa y cálida que los hace ideales para el desayuno o una comida ligera.
Cómo preparar huevos tibios:
- Elige huevos frescos. Entre más frescos, mejor será el resultado.
- Llévalos a temperatura ambiente. Si están en el refrigerador, déjalos fuera unos minutos para evitar que se agrieten al entrar al agua caliente.
- Hierve agua en una cacerola. Usa suficiente agua para cubrir los huevos por completo.
- Agrega los huevos con cuidado. Puedes usar una cuchara para evitar que se golpeen.
- Cocina por 4 a 5 minutos.
- 4 minutos para una yema muy líquida.
- 5 minutos para una yema algo más espesa pero aún suave.
- Retira los huevos y colócalos en agua fría o pásalos directamente al plato. Esto detiene la cocción.
- Sirve en hueveras o con la base cortada. Puedes abrir la parte superior del cascarón con una cucharita o cuchillo.
Acompáñalos con pan en tiras (los famosos “soldaditos”) para mojar en la yema, y disfruta de su sabor cálido y reconfortante.