Gattás logró la reelección por la estructura de Blanca Anzaldúa. A pesar del apoyo de la diputada, Lalo obtuvo la reelección por mil pinchurrientos votos.
Lalo sabía que para el siguiente trienio era sólo una figura decorativa, que las decisiones se iban a tomar a 300 metros de su oficina, porque él no ganó nada, se colgó de una campaña ajena para ganar de panzazo.
Pero la soberbia es pésima consejera y sabiendo el desmadre administrativo que tiene, decidió brincarse al Cabildo, al Congreso y al Gobernador al más puro estilo de Varguitas, el de la Ley de Herodes.
Y es que esa es la estatura política de Lalo Gattás, un porro que siempre anduvo detrás de los políticos de cepa y que en cuanto tuvo oportunidad de llegar al poder, se volvió loco.
Hoy se encuentra enfrascado en una guerra mediática con Francisco Cuellar, que fue desatada por ataques en contra del Director de Comunicación Social de Tamaulipas entre otros colaboradores del Gobierno de Americo Villarreal Anaya.
Ahora incapaz de detener la aplanadora social, Gattás se encuentra arrinconado y desesperado, al seguir los consejos de sus colaboradores y no removerlos, como era la instrucción original del Gobernador.
Es un hecho que algo esconde.
Personal de Municipio ha denunciado corrupción y una operación desaseada del erario municipal.
Existen señalamientos al matrimonio de Ernesto Avalos Bustos y Guadalupe de los Reyes Acosta, a quienes acusan de haber desaparecido el Fondo de Capitalidad que apenas este año se entregó al municipio de Victoria. Lalo y sus colaboradores se han negado a transparentar el destino de los recursos, porque obras no existen, pero tampoco una certeza de que el dinero aún se encuentre en las arcas municipales.
La maniobra del Alcalde para mantener a todos sus colaboradores en sus puestos es una maniobra desesperada, ya que la presencia de personajes cercanos a Gerardo Illoldi, como es el deseo del Gobernador, significa una bomba de tiempo para descubrir los manejos turbios de los colaboradores de Gattás.
Con el mundo en contra
A Lalo Gattás ya le dieron la espalda el gobernador y su esposa, su cabildo, y la tibieza de los diputados podría acabar pronto porque la presión de la sociedad, de Morena y la oposición es asfixiante.
Buscar una salida política en este momento ya se antoja ya imposible porque el mismo alcalde y su cuadro cercano se encargaron de quemar todos lo puentes que había.
Todo lo quiso arreglar con páginas anónimas atacando a quienes lo cuestionan.
Craso error.
Jiribilla
Allá se fue a llorarle a Mario Delgado. Le quiere cobrar los favores anteriores.
Le dieron un portazo.
Entre huachicoleros ya no se entendieron.
